Cuestión de ansiedad II


Cuestión de ansiedad II

En la entrega anterior escribí un poco acerca de cómo es que se presenta la ansiedad, el día de hoy tocaremos algunos aspectos que son importantes para disminuir la ansiedad. Para ello quiero que recuerden algo que escribí la semana pasada: La ansiedad es como un incendio, como un incendio consume recursos, es desordenado y no tiene una finalidad, en el caos de la ansiedad este incendio va a seguir buscando combustible, para seguir creciendo y destruyendo todo a su paso, literal.

Estar ansioso es muy demandante, requiere mucha energía y esta energía será provista de diferentes maneras, una de las maniobras que hace el cerebro es cambiar las hormonas que producen el hambre/saciedad, esto tiene muchas implicaciones en lo que se refiere a el almacenamiento y el consumo de energía (para saber más pueden leer acerca del efecto de las orexinas) es así que el cuerpo empieza a producir y a consumir “combustible de alto poder”. 

 Este combustible está provisto por alimentos que son de fácil digestión y que tienen un alto aporte calórico, como lo son las harinas refinadas, los carbohidratos, las bebidas con altos contenidos de azúcar y los alimentos que contienen altas cantidades de azúcar como lo son los pastelillos, galletas, etcétera. Esto provoca que tengamos una gran cantidad de combustible para alimentar ese incendio en el que nos hemos convertido. Llega a un momento en que tenemos la sensación de que no es suficiente, hay quienes utilizan el cigarro y la cafeína para poder aguantar el paso, al final solo estamos haciendo más extenso el daño. 

Si la intención es que el incendio no tenga combustible para permitirnos sentir mejor, lo que tenemos que hacer es cambiar y tener la voluntad para hacer el esfuerzo y cambiar. Vamos a sentir que estamos faltos de energía, obviamente, estamos apagando un incendio y va a ser notorio que hay menos energía. Afortunadamente si logramos instalar mejor calidad en el “combustible” pronto pasara la sensación de falta de energía.

De los combustibles de calidad que podemos disponer primeramente es consumir más frutas y verduras, la recomendación es consumir 5 frutas o verduras al día de preferencia crudas ya que es de esta forma que conservan de mejor manera su valor alimenticio. Tenemos que Aumentar el consumo de ácidos grasos, estos los podemos encontrar en las nueces, pescados de aguas frías (atún, salmón, sierra),  aguacate etcétera. Además es importante consumir alimentos que complementen la ingesta de vitamina B como lo son cereales, huevo, legumbres etcétera.

Debemos de tener rutinas bien establecidas para poder ayudarnos a disminuir el caos del incendio, despertar todos los días a la misma hora, comer a la misma hora, irse a la cama a la misma hora, establecer una rutina es fundamental para alejar la mente de pensamientos que puedan ser difusos,  ya que este tipo de pensamientos regularmente tienden a aparecer en medio de la incertidumbre de un día desorganizado. En cambio cuando sabemos que es lo que tenemos que hacer cada espacio entre actividades puede ser aprovechado para preparar la siguiente actividad.

Es muy común que cuando hay un incendio fuera de control se emplee un método para quitarle combustible y es allí donde entra en juego el contrafuego. En el caso de la ansiedad nuestro contrafuego va a ser el ejercicio, podemos decir que todo el ejercicio es positivo para disminuir la ansiedad, aun así hay ejercicio que resulta ser más efectivo para la disminución de la sintomatología ansiosa, el ejercicio aeróbico (caminatas intensas, correr, nadar, andar en bicicleta) ha probado tener una especial efectividad para mejorar varios síntomas. Hay que tener cuidado en cuanto a la hora de practicar ejercicio ya que si se hace por la noche y cercano a la hora de dormir puede resultar contraproducente ya que dejaría al cuerpo demasiado activado lo que desencadenaría problemas para dormir.

Hacer ejercicio puede ser complicado, muchas veces no nos hacemos un tiempo para permitirnos ejercitarnos y todos los pretextos que usamos para no ejercitarnos, suenan extremadamente plausibles, el problema reside es que como lo he estado repitiendo la ansiedad es un incendio y si queremos reducir sus daños tenemos que hacer esfuerzos para poder reorganizarnos para poder salir adelante.

El momento donde se reorganiza nuestra mente para poder permanecer ecuánime es durante el sueño así que debemos de procurarnos un sueño reparador, siguiendo con la metáfora del incendio el sueño sería ese lugar donde se reorganizan los bomberos que están trabajando para controlar el fuego, sin esta reorganización, se vuelve muy difícil poder establecer todas las sugerencias que hicimos anteriormente.

En la actualidad existen muchos distractores que afectan la forma en la que estamos durmiendo, la televisión, el celular, el ruido de la calle, los focos de luz blanca, son diferentes fuentes de distracción que van afectar la calidad del sueño, aunado a que en la actualidad el tiempo que dedicamos a dormir es sustancialmente menor de lo que necesitamos para poder realizar cosas que solo pueden pasar mientras dormimos (este es un tema para otra entrada de blog).

La actividad que nos va ayudar a extinguir el incendio es utilizar alguna técnica de relajación y que la respiración sea adecuada, porque déjenme les cuento que la forma en la que respiramos es muy deficiente, lo que termina por provocar más perjuicios que beneficios, el diseño que tenemos es el de respirar de una forma natural con el diafragma, pero por múltiples razones vamos adquiriendo diferentes vicios de respiración. 

En cuanto a las técnicas de relajación hay una gran variedad y puede ir desde cuestiones institucionalizadas como el tai chi, yoga, hasta prácticas de respiración diafragmática o imaginería guiada. Es importante hacerlo con mucha disciplina y hacerlo diariamente.

El otro elemento que cobra una importancia súper relevante al combatir la ansiedad es el vivir en el aquí y el ahora y ¿cómo se hace eso?… esta tarea puede llegar a ser complicada, como el identificar cómo es que nos sentimos en este momento, ser conscientes de cómo se siente nuestro cuerpo,  que estamos pensando, cómo nos sentimos, qué nos hace sentir así. Suena sencillo, la verdad es que mientras intentamos centrarnos en el aquí y el ahora pasan un montón de pensamientos, tales como: ¿qué voy a hacer de comer?, ¿será que pongo la ropa a lavar hoy y no llueve?  Y otras cuestiones como: ¡ay! allí esta mi cuñada la otra vez me hizo enojar mucho, me cae bien pero la verdad es que a veces se pasa. Por ejemplo la otra vez me dijo que… ¿ven que sencillo es escapar de este momento que es único irrepetible? Estamos perdidos entre el pasado y el futuro. Es necesario poner todos nuestros sentidos en el presente.

IMPORTANTE: Estas recomendaciones tienen como objetivo resaltar la importancia de abordar la ansiedad desde diferentes frentes para optimizar los resultados de un tratamiento e inclusive practicar estas recomendaciones cuando se estamos inmersos en un ritmo de vida donde se está expuesto a situaciones donde sentimos que podamos perder el control. Cabe recalcar, son recomendaciones genéricas que no pueden remplazar la atención profesional personalizada, cada persona tiene condiciones y características que hacen de cada situación única. No dejen de acercarse a los profesionales de la salud mental.
 
Hasta aquí llega el texto de esta semana.

Cualquier duda como siempre quedo pendiente de sus comentarios en:

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuestión de ansiedad

¿Qué puedo hacer si conozco a alguien con ansiedad o depresión?